investigaciones especiales

DE VIAJE

Roca Partida, zona volcánica y playa

Roca Partida

Las ilusiones eran muchas: atestiguar con la cámara fotográfica un paraíso abierto ante nuestros ojos. Pero no. En la naturaleza, nada es predecible.

Una lluvia nos asaltó apenas iniciando el camino. Los propios guías lucieron desconcertados, una noche antes habían advertido con que nos protegiéramos con crema bloqueador solar y lleváramos mucha agua por la dura caminata y la fatiga. Nadie suponía que aquél día iba haber agua hasta el hartazgo, agua de sobra por la lluvia. ¿Y la cámara? Guardada. Bien protegida ante la pertinaz lluvia.

Solo pude sacar una foto. Es esta La única foto. Es lo que ves. Por eso esta crónica se intitula: “La Unica”.
Con muchas ilusiones fui ahorrando mis ingresos para comprar una cámara fotográfica. Yo quería lo mejor. Estaba decidido a fundar un nuevo periódico en Coatzacoalcos con un serio enfoque de investigación y quería las mejores herramientas tecnológicas a mi servicio. Sigo pensando que el campo periodístico está aún inagotado. Hay mucha tinta que escribir. Y explotar el periodismo ambientalista y con enfoque ecoturístico es una de esas vetas.
Pues bien, luego de varias catorcenas pude lograr adquirir una cámara profesional Nikon, la última generación, que cuenta con gran capacidad de respuesta y pixelaje. Estaba contento, más que orgulloso. Así que me sumé a los expedicionarios de la Tribu Wounaan, un grupo de exploradores originarios de Minatitlán que cada fin de semana decidir conocer nuevas rutas que interioricen toda la biodiversidad que esconde todavía nuestro bello Veracruz. La ruta era inmejorable: explorar los paisajes de Roca Partida, una serie de acantilados en las playas de Los Tuxtlas donde suponía estrenar mi lente Nikon.
Iluso. ¡Oh, pobre inocencia mía! Mi mente no anticipaba lo que iba a vivir aquél día. Para empezar, durante la acampada en un albergue del Río de Lisa pasé la peor de las noches. Fue una tortura.

Cayó una tormenta, un torrencial aguacero con viento estrepitoso que por poco destruye mi tienda de campaña.

El agua se metió en toda mi casita de campaña. Dormí, literalmente, con el agua. Mis pies mojados, mi espalda mojada, ¡mi trasero mojado! No logré cerrar las pestañas en toda la noche. Así, húmedo, tiritando de frío. Lo único que puede rescatar del aguacero fue mi mochila con ropa y, obviamente, el equipo fotográfico.
“¡Dios mío, que ya termine este tormento!”, exclamaba al cielo.

Pero mis oraciones no fueron contestadas aquella noche. La lluvia persistió. Al día siguiente, todo mojado, levanté mi tienda de campaña que fue odiada más que nunca al no resistir la lluvia, por su pobre manufactura. El cielo ya lucía abierto. Al parecer no volvería a llover.

Así que todo el grupo caminamos hacia el sendero que conduce hasta Roca Partida, en los Tuxtlas. Llevaba mi mochila con mi lente Nikon: ¡estaba ilusionado de que tomaría las mejores dignas de ser publicado en el magazine National Geographic!
Pero no, una hora después las nubes se tornaron grises. La lluvia amenazó otra vez. La diferencia es que ahora mi cámara, nueva, recién comprada, estaba expuesta a las averías por humedad. No lo podía creer. ¿Porqué la naturaleza se estaba ensañando conmigo?
Tuve que esconder la lente con dos bolsas de plástico, pero aún así se filtraba el agua. Hubo un momento que me arrepentí de haber venido. “Imbécil”, me dije hacia mis adentros. “Debiste haber advertido el reporte metereológico antes de haber venido. Ahora descompondrás tu cámara nueva por tu descuido”.
Sin embargo, algo particularmente me llamó la atención. Lo que para mí era un día de trabajo frustrado ya que no había logrado estrenar mi cámara, en realidad para mis demás compañeros era un día de lo más maravilloso y disfrutable. Ellos estaban riendo, admirando los imponentes paisajes playeros que aún grisáceos por la pertinaz lluvia inspiraban respeto y majestuosidad.
No tardé mucho en comprender que la Naturaleza me estaba dando una dura lección. “Jorge, sigues aferrado a tus bienes materiales y posesiones. Tus pertenencias te esclavizan. Te preocupas demasiado”. Te preocupas demasiado, resonó en mi mente. Sí. Me sentí humillado. Días y días de aprendizaje y lectura de libros espirituales y aún no lograba ser un Hombre desprendido, de sentirme uno con la naturaleza. Simplemente aquél día era un Hombre más de Ciudad, con sus fijaciones puestos en la materia como cualquiera otro. “No has aprendido nada todavía”, pensé.

Tenía una gran lección por aprender aquél día: “debo conservar la alegría, aún en medio de las peores dificultades y pérdidas”, pensé. “me estoy perdiendo de las mejores alegrías por estar pensando más en mi cámara y el dinero que representa que en los paisajes que la naturaleza me ofrece y ¡gratuitamente!”. Sentí dolor de cabeza. Náuseas.
Sin embargo, al final de la ruta, como si fuera un designio misericordioso del Creador, del Todopoderoso, se abrió el cielo: las nubes se disiparon. La naturaleza me estaba dando una oportunidad de sacar mi cámara. Después de todo, era buena y misericordiosa, me estaba dando una nueva oportunidad. Y sí, por fortuna todavía funcionaba mi cámara a pesar que estaba humedecida. No dudé en activar el disparador. Saqué solo una foto.

Es ésta, fue la Unica pero quizás la más bella. Que la disfrutes.

Las Peñas

Peñascos de Roca Partida

3 Responses to “DE VIAJE”

  1. ADRIAN CRUZ TORRES

    Amigo. Realmente es toda verdad lo que has escrito. Voy a tener que pegarme a tus viajes para ver y sentir lo que viste y sentiste. Un abrazo y éxito rotundo Jorge.

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  2. LUIS

    Pase por esta carretera cyber costas de esmeraldas y me encuentro con tu adventure, bien por la vivencia, bien por tu nueva introspección periodística, quiero felicitarte nos conocemos en el face, y luego en Festival de la Salsa 2014, te comento hay y habemos muchos medios y reporteros y directores que apenas y a duras penas son sociables con ellos mismos incluyéndome yo solo hago la diferencia, ver que le duele al enfermo y colocarlo en un lugar donde no se sigan rompiendo los animos, como siempre con sinceridad y mucho reconocimiento creo en tu proyecto y en tu plan de trabajo, sigue adelante hermano y colega.
    atte. Luis Pérez Rivas. Director de http://www.expresiondelgolfo.weebly.com

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