“Hay que decidir ponerse de pie, el que elige ponerse de pie conscientemente, tiene que decidir levantarse y emprender el camino, dejar de hacer las cosas malas y empezar hacer las cosas buenas»
Entrevista con Uriel Medina:
“La Vida es un Don y una Conquista”
Solo una persona que ha conocido los dos lados de la moneda sabe distinguir cómo transitar del Mal hacia el Bien. Y Uriel Medina es uno de esos hombres. No solo es un clérigo, sino uno de los teólogos más importantes del sur veracruzano. Tiene un dominio completo de las sagradas escrituras, promueve los más altos valores. Y su vida lo avala, es testimonio de lo que predica. Pasó de una vida desordenada a una vida plena de virtudes. Está en el camino verdadero de realización.
Ha publicado un par de libros acerca desarrollo humano a través de la Fe y producido discos compactos de sus homilías. Al padre Uriel, como le conocen, le tocó la etapa más difícil en la controvertida re-construcción de la nueva Catedral de Coatzacoalcos. El no solo es un predicador sino un hombre de acción. Entre sus actividades, asiste las principales casas de asistencia a inmigrantes sudamericanos que día a día pasan por aquí en busca del sueño americano, para trabajar en los Estados Unidos.
En entrevista con Costa, Reporte de Prensa, el padre Uriel devela lo que es el Hombre: “Lo primero que tenemos que recordar es que el hombre tiene la capacidad para hacer el bien y la capacidad para hacer el mal. El hombre puede construir o puede destruir, el hombre puede amar o puede odiar”.
La libertad, dice, es uno de los regalos que Dios le ha dado al Hombre.
“Tú eliges”, añade, “a ti se te ha dado el poder de elegir, entre hacer el bien o hacer el mal, es decisión tuya. Cuando uno hace el mal, el hombre se hace esclavo del mal. El hombre se convierte en un oprimido”.
Pero quien hace el Bien, aclara, en realidad vive unido a Dios y se hace generoso, se hace hijo suyo.
“Dios quiere que el Hombre sea protagonista de su propia historia. Que el hombre tome las riendas y el destino en sus propias manos, Dios no te obliga a que hagas el Bien pero tampoco te amarra las manos para que dejes de hacer el mal, tú decides. Hay un problema de fondo en el Hombre, que no sabe distinguir entre lo bueno y lo malo. A lo malo llaman bueno, y a lo malo lo llaman bueno. Y, ¿qué es lo malo? Lo que impide que te realices, lo que te deshumaniza y despersonaliza. ¿Qué es lo bueno?, lo que te ayuda a realizarte, a ser más humano y más persona”, menciona.
-¿Cómo pasar del vicio a la virtud?, transitar del Mal hacia el Bien.- se le cuestiona.
-“Aquí no hay recetas”, responde. “No se le puede poner un parche nuevo a un vestido viejo, aquí hay que nacer de nuevo. Esa es la Palabra, hay que nacer de Dios, tiene que haber un cambio radical, una metanoia total. Un cambio radical de mente y de corazón. Al que permanece en el mal se le llama hombre viejo, y al que nace de nuevo se le llama hombre nuevo”.
“Pablo en su carta a los Efesios, en su capítulo 4 verso 17 dice, que al hombre viejo tiene la mente vacía, mente botada, se le endurece el corazón, pierde la moral y cae en el desenfreno de las pasiones, ese hombre viejo quiere hacer el bien y no puede. Es el mal que se le presenta. No puede hacer el bien permanentemente, con perseverancia… siempre hace el mal que no quiere, mientras que el bien no lo puede hacer”.
“Pero gracias a Dios que Cristo Jesús nos ofrece la salvación, Pablo la llama la justificación por la Fe -que es un nuevo nacimiento- pero para nacer de nuevo requerimos escuchar primero la palabra de Dios: aceptar que nuestra vida es un caos, un desorden. Entonces Dios nos da la luz. Y con la luz uno va reconociendo la pecaminosidad, vas reconociendo tus vacíos, y entonces dices: me he equivocado, quise dar en el blanco, quise ser feliz y ahora no puedo”, dice, el párroco Uriel, en entrevista con COSTA.
“La Palabra de Dios te ilumina y uno se reconoce, este reconocimiento te ilumina y entonces dices soy un pecador. Pero no me asusto porque Jesucristo vino al mundo para redimir a los pecadores de los cuales yo soy el primero. De ahí se experimenta la parábola del Hijo Pródigo, se toma conciencia, reconoce que en casa de Papá había comida suficiente mientras que él se moría de hambre y dice: me levantaré y volveré, dejando atrás la mediocridad, la superficialidad, los terrenos de la idolatría para orientar su vida hacia Dios. Mientras el hombre no encuentre su vida en orientar su vida hacia Dios va a permanecer en estado de opresión, aquí él tiene que tomar conciencia”.
“Ser persona significa tomar la decisión libre y consciente de ponerse de pie, para emprender su camino de realización humana; por otro lado, el mayor acto de amor que hagas una persona no es darle dinero sino ayudarlo, concientizarlo, cuestionándolo, sacudiéndolo, ayudarle a su camino de realización humana, para que se haga mejor persona y más persona.
Este nuevo nacimiento se le llama en el mundo de la biblia ser nueva creación, todo el que esté en Cristo por la Fe es nueva creación; lo viejo ha pasado lo que ahora hay es nuevo.
Qué sigue después de esto; sigue un proceso de transformación y ese proceso de transformación pide renunciar, tener esfuerzos para renunciar a algo que te hace daño, y ahí hay donde hay una renuncia al mal ahí brota la virtud. Ya brota la virtud; ¿cual virtud? Pues empecemos por la virtud de la prudencia. Es la primera de las virtudes que se tienen que cultivar para salir de los vicios, eso te lleva a usar la cabeza, al hombre prudente,
Si sabes que algo te hace daño, no vayas. El evangelio dice si tu mano te hace pecar, córtatela. Es decir, niégale a tu cuerpo la ocasión de complacerse o no le des la ocasión de pecar.
“Decidir ponerse de pie, el que elige ponerse de pie conscientemente, tiene que decidir levantarse y emprender el camino, dejar de hacer las cosas malas y empezar hacer las cosas buenas. Las virtudes se tienen que cultivar, las virtudes exigen esfuerzos, exigen renuncias y pide sacrificios. Si no hay eso no hay virtudes, la virtud significa vigor, el vigor es fuerza, fuerza es poder. El poder de la Fe que actúa dentro de ti. Hay una fe natural: la capacidad de trascender que Dios puso dentro de nosotros, la fe cristiana que es la de creer en Jesucristo. Las dos son regalo de Dios y él la puso dentro de nosotros”.
“El hombre que no trasciende se queda esclavo, queda oprimido, y donde no hay opresión hay libertad y donde hay opresión no hay amor y donde no hay amor no hay persona. El paso de la esclavitud hacia la libertad se da por la fe en Jesucristo es don de Dios, don y conquista. Porque Dios no hace las cosas a fuerza, es si tú quieres, si tú lo decides. Con nuestras propias fuerzas es casi imposible, pero con las fuerzas de Dios si se puede, con tus deseos y colaboración con tus esfuerzos, uno se pone en camino”.
“¿Qué hace el vicioso?, lleva una vida arrastrada, ¿qué es lo que hace el cultivo de las virtudes?, es ponerse de pie y caminar. Caminar en la verdad, dejar la mentira, caminar en la justicia, pero dejar la injusticia. Camina en libertad, va dejando atrás las esclavitudes, caminar en el amor, pero ir dejando el odio. Porque los vicios son la falta de amor, como no se ama uno empiezan a nacer los deseos de autodestruirse”.
“No es cosa de un día para otro, fácil es decirlo: lo difícil es aplicarlo, ponerlo en práctica. No hay virtudes sino se le da muerte al hombre viejo. ¿Cómo se le da muerte al hombre viejo?, en términos bíblicos, mátalo de hambre. No le des de comer, porque si le das de comer entonces está fuerte, se impone y crece”.
-Padre, una vez recibida la luz, uno decide ir hacia un camino de luz pero muchas veces nos damos cuenta que no podemos; que nos siguen atrayendo esas cadenas del vicio que nos arrastran. ¿Cómo alimentar la fuerza de voluntad para resistir las tentaciones o el mal?
-“Muchos queremos ser buenos, pero por arte de magia y en esto no hay magia.
Tenemos dos regalos: la inteligencia para que uno haga juicios, para que piense y la voluntad para que desee y quiera hacer el Bien. O quiera hacer el mal. ¿cómo se cultiva la voluntad para tener una férrea voluntad, firme y fuerte? Amar. Hacer esto, te lleva al campo de la lucha, una verdadera lucha. Tu interior se lleva a convertir en un verdadero campo de batalla, entre el Ego o el Hombre Viejo y el Amor. ¿Quién gana de los dos?, pues a quien tú le des de comer.
Si no le das de comer al hombre viejo, está debilucho, se muere de hambre mientras que el hombre nuevo está fuerte”.
“Hay que alimentar las virtudes, el amor, la justicia, y eso te lleva hacia la paz, y la paz es armonía interior y armonía exterior, pero si no hay cultivo de las virtudes, alimentas al hombre viejo. Muchos dicen, Señor cúrame, pero no es por arte de magia, él siembra la semilla en ti pero hace falta cultivarla. Si el grano de tierra cae en tierra y muere, crece, así hay muchas virtudes que no crecen porque no les permitimos. La mediocridad, la charlatenería, la superficialidad, queremos las cosas automáticas, el que quiera celeste que le cueste, el mesías tuvo antes que padecer antes de entrar a su gloria, si queremos dejar pornografía, si queremos dejar alcohol, droga, si queremos dejar círculos viciosos, hay que negarse a sí mismo, niégate a ti mismo es la palabra que Jesús nos dio. O renuncia a tu egoísmo. Pablo le llama muerte cachamba o despojaos del hombre viejo, se va dando despojado de las tinieblas y tu voluntad se ejercita en el bien. Se requiere esfuerzos, se requiere renuncias, requiere sacrificios, y allí poco a poco vas adquiriendo una voluntad firme, férrea, para hacer el bien, o para amar.
“El bien te lo haces a ti mismo, si no hay esta voluntad, si no se cultiva, pues no hay nada, somos un simple hilacho humano, un bosquejo de persona, que no se cultivaron los valores, en este proceso de pasar del mundo viejo al mundo nuevo, hay tres valores fundamentales que si no los llevamos a la práctica nos quedamos con buenos propósitos. El primero es haz un alto a tu vida, detente, entra en ti mismo, como un primer paso para tener control de tus instintos, pensamientos y de tus impulsos. El segundo, haz un autoanálisis. Analízate, un buen examen hará conocer tus debilidades, y tus defectos, tus fracasos, pero también conocer tus capacidades y tus talentos, eres una mezcla de los dos.
Proyectatete, sal afuera, sal afuera, ¿hacia dónde?, ¡ponte en camino!, hacia el campo de las virtudes, hacia los valores creativos, valores intelectuales, valores morales, valores actitudinales, el hombre es un ser en proyección, nadie está hecho todos nos estamos haciendo si hay proyección, alguno no se proyecta, se estancan en el lodo del hedonismo. Tome su vida en serio, descubra el amor”
“Hay que salir de la esclavitud para ponerse en el camino hacia la libertad, la vida es un don y una conquista, así el hombre se va regenerando y se va reconstruyendo en la vida que se proyecta. Y si no hay proyección no hay nada, Dios no te va a llevar a fuerza no te va a llevar, si tú quieres: el hombre decide”.
-¿Qué le diría a los ateos, a los que no creen en Dios a pesar de las maravillas de esta creación. Gente que prefiere la ciencia que la teología, qué le diría?
-“Que son libres para creer y para no creer. Dios también les dio las cualidades y las capacidades y los talentos necesarios para que se desarrollen y se cultiven. Eso hay que entenderlo, tienen la Fe natural para que trasciendan, ateos se dicen porque no creen en Dios; pero también hay muchos ateos teóricos que dicen que no creen en Dios pero tienen su Dios… otros son ateos pragmáticos que dice que creen en Dios pero viven como si no existiera”.
“El ateo teórico es aquél que tiene en su corazón un ídolo, aquello que ocupa su corazón y no es Dios; si es el alcohol, pues la botella es su Dios, si es el sexo, el sexo es su Dios, si es el dinero, el dinero es su Dios;
aquí no hay absolutamente nadie que pueda declararse ateo porque algo es el centro de su vida.
Nomás que algunos escriben con mayúsculas y se apellida Jesucristo a quien no vemos pero amamos”.
“A los que son ateos se les respeta, y Dios los respeta pero muchos de ellos dicen que no creen en Dios pero viven mejor que aquellos que dicen creer en Dios. Hacen el bien y rechazan el mal porque tienen esa inteligencia, nomás que algunos se llenan de soberbia. Y otros porque Dios les estorba, que es un freno que no los deja dilapidar sus dones, no los deja derrochar sus dones. A lo mejor con nuestro testimonio de vida quizás algún día crean, pero hay que respetarlos”.
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